El amor y el entusiasmo. Imprimir
Reflexiones sobre el amor - Leo Buscaglia

Los adultos envidian a los niños porque son naturalmente curiosos y entusiastas con todo. La mayoría de nosotros podemos recordar los sentimientos de la infancia. ¿Quién olvidó aquellos momentos en que podíamos tirarnos sobre el césped durante una hora, completamente concentrados en los movimientos de un insecto que cavaba en la tierra o en la formación de las nubes en el cielo? No nos teníamos que preocupar por divertirnos pues había muchas cosas que colmaban nuestra curiosidad y entusiasmo.
A medida que crecemos, nos sentimos menos impresionados por la vida. Nos encontramos con más adultos aburridos que avanzan por un mundo donde ya nada parece excitarlos.
Me alegra poder informarles que no es necesario regresar a la infancia para encender nuevamente ese entusiasmo por la vida. Todo lo que se necesita es recuperar ese pequeño don dentro de nosotros que encuentra la felicidad en la vida diaria y la aventura en todo momento. Puede estar enterrado debajo de una capa muy gruesa de tristeza, pero aún sigue con vida en nuestro interior.

*
Estoy apasionadamente enamorado de la vida.
Amo los cambios, los colores, los movimientos.
Ser capaz de hablar, ver, oír, caminar, sentir la música y la
pintura… es un milagro.
Arthur Rubinstein