Hay un viejo dicho que dice que si deseamos algo verdaderamente, ya es nuestro desde el comienzo, porque donde hay voluntad, hay un modo de lograrlo. Si estás solo, puedes hacer varias cosas para evitarlo. Si sufres problemas de amor, puedes tomar medidas para solucionarlos. Tenemos las facultades necesarias para mejorar, pero también necesitamos la voluntad. Las soluciones aparecen en momentos difíciles, pero no se materializan por sí mismas. Surgen de un deseo profundo de querer hacer algo realmente.
Recibo cartas desesperadas de enamorados que lloran por sentirse incapaces de tener y mantener relaciones duraderas. Buscan soluciones en mí, en consultores sentimentales, en terapeutas y sacerdotes, pero ellos no hacen nada. Ponen la excusa de que son incapaces de tomar decisiones. Dicen que no saben que hacer, que penden de un hilo, que no tienen la menor idea, que se encuentran en un callejón sin salida, que se sienten solos, desahuciados, y otras tantas palabras y frases adecuadas para expresar impotencia. En realidad, lo único que necesitan es la determinación para salir del aprieto. A pesar de que saben que tiene que hacer algo, no desean tomar las medidas ni aceptar los compromisos y quizás hasta los sacrificios necesarios para lograr el objetivo.
El amor siempre está a mano. La pregunta es, ¿lo deseamos lo suficiente como para emprender su ardua y sacrificada búsqueda, o simplemente nos estamos engañando a nosotros mismos?

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Puedes tener todo lo que deseas… si en verdad lo deseas. Puedes
ser todo lo que quieras ser, tener todo lo que ansíes, lograr todo
lo que te propongas… si mantienes con firmeza ese deseo como
único objetivo.
Robert Collier