Muchos consideran que las relaciones amorosas suponen renunciar o dejar de lado la libertad personal. Esto puede ser verdad o no, depende de lo que uno considere como libertad personal.
El amor asegura ciertas libertades; la libertad de enojarse de vez en cuando, e inclusive explotar sin sentir temor de dejar una cicatriz permanente; la libertad de ser imperfecto, hasta el punto de hacer el ridículo sin temer perder respeto; la libertad de cambiar y mejorar, pero también de equivocarnos o fracasar sin temer que nos abandonen en momentos de necesidad. Al igual de todas las libertades de que gozamos, éstas merecen más que una observación semestral. Debemos defenderlas todos los días.
Un amor que inhibe no es amor. El amor sólo es amor cuando libera.

*
La libertad no es nada más que la posibilidad de mejorar.
Albert Camus