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Cada uno de nosotros tiene una tarea específica en el mundo en la que podemos revelar la mayor cantidad de Luz. No todos nosotros estamos destinados a ser profesores o maestros Espirituales. Algunas veces, estamos en el lugar exacto donde necesitamos estar. No tenemos que correr e intentar encontrar ese lugar. A veces, justo el lugar donde nos encontramos es nuestro propio Jardín de Edén.