Parte de la estrategia del Satán es hacernos sentir como si hubiésemos fracasado. Él minimiza nuestra percepción de los milagros que ocurren en nuestra vida. Él nos hace estar confundidos y dudosos respecto a cuánto recibimos de todo nuestro trabajo; subestima a nuestros maestros. Recibimos muchísimo. Derrota a la voz de la duda en tu cabeza y vence al Satán. Es una batalla constante, pero podemos salir victoriosos. |