Nuestras vidas están tan llenas de odio, avaricia, violencia y egoísmo que no nos damos cuenta de que el mundo está lleno de por lo menos la misma cantidad e bondad. El problema es que quienes promocionan el pesimismo y el odio se hacen oír más que los enamorados y captan más minutos en los medios de comunicación.
Durante años, comenta Leo Buscaglia, intenté promover una serie de televisión en la que se presentara gente buena que hiciera actos buenos. Los expertos me dijeron que lo olvidara, ¡Qué el bien no vendía! Las historias positivas, al igual que la gente buena, parecen carecer de atractivo. Como consecuencia, se está desarrollando una generación que desprecia el amor y que se rige por una visión más negativa de la vida y que cree es “el mundo real”.
No resulta sorprendente que tanta gente se sienta atraída por el odio, la violencia y el egoísmo pues la sociedad los glorifica. Creo que es el momento de divulgar ferozmente el amor y el bien, cualquiera sea el costo.

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Sufrimos frente a tanta muerte y tan poca vida,
tanto dolor y tan poca alegría,
tanta avaricia y tan poca caridad,
tanta soledad y tan poco amor.
Anónimo.