La confianza es una de las características principales del amor. Necesitamos sentirnos seguros, que los demás busquen nuestro bienestar y que deseen vernos crecer. Deseamos fervientemente que los demás vivan para nosotros. Hasta que no recibamos este mensaje, permanecemos cerrados a su influencia y por lo tanto, menos interesados en su bienestar.
Probamos permanentemente si las personas nos aman o no. Nos fijamos si son atentas, si se entregan libremente o si permanecen cohibidas, si nos escuchan con el corazón y la mente al mismo tiempo, si comparten nuestra felicidad o se sienten amenazadas por ella, si desean estar a nuestro lado cuando las necesitamos o nos abandonan ante la primera señal de conflicto. Una vez que nos sentimos seguros de su amor, todo puede ser posible. Nos sentimos alentados para crecer y arriesgarnos más allá de cualquier límite imaginable. Encontramos la fuerza para sobrellevar nuestros miedos o terminar con hábitos destructivos. Hallamos el modo de dejar de lado las quejas y sentimientos reprimidos e inclusive todo tipo de discursos dolorosos. Estos pequeños milagros son posibles cuando nos sentimos seguros y confiados en nuestro amor.

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Cuando lo único que te queda es el amor,
te darás cuenta por primera vez
de que el amor es suficiente.
Anónimo